Sony Xperia Ear. Tal vez para la mayoría de usuario, el Xperia Ear, sea un total desconocido pero lleva mucho tiempo en el mercado y ofrece muchas funciones que no encontramos en otros dispositivos «de oreja«. Vamos a echarle un ojo a éstas intentar descubrir la razón de su «poco» éxito.
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La principal razón por lo que creemos que el Xperia Ear no se hizo muy popular en el mercado de Wearables, es que su precio inicial era, nada más y nada menos, que de 200 euros. Estos ponía a los usuarios en dos situaciones: en la primera se han gastado sus ahorros en un smartphone de gama alta o mayor y no quieren invertir otro tanto en un gadget. Y la segunda, que te valga un smartphone de gama baja para el uso diario. Por consiguiente, no vas a gastar en un wearable más que lo que vale el propio smartphone.
Las buenas noticias es que el precio ha bajado un 40% y que sigue siendo un dispositivo de gran calidad y de una marca con refutada garantía.
El Xperia Ear nació para convertirse en nuestro asistente haciendo uso del smartphone por medio de comandos de voz. Es tan sencillo como pulsar el botón para enviar un Whatsapp, saber el tiempo que hará mañana en Mordor o llamar a un amigo.
El diseño está bastante cuidado y el color negro le da un toque más que elegante. El tamaño no es lo pequeño que esperábamos pero tampoco es para ponerle muchas pegas. No pesa prácticamente nada y se mantiene en su sitio sea cual sea nuestra actividad. Siempre y cuando no estemos hablando de actividad física.
La peor de las desventajas es que solo es compatible con dispositivos Android y hay muchos de última generación que no son compatibles como el LG G3, muchos de los Xiaomi o el magnífico Huawei P10 Plus. Claramente, esto hunde las ventas.
Finalmente, es resistente a las salpicaduras y se conecta con los dispositivos mediante Bluetooth 4.1 y NFC. Viene acompañado de una caja para guardarlo mientras no lo usemos que además hace las veces de cargador. Hasta tres veces nos cargará la batería nuestro Xperia Ear con una autonomía de unas 4 horas con un uso continuo. Si solo lo usamos de como manos libres, aguanta el día perfectamente.
